lunes, 28 de septiembre de 2009

¿IT o Comunicaciones? Ambas...

Uno de los inconvenientes más frecuentes con los que topamos a la hora de desarrollar un proyecto web, es que la empresa nos asigna como encargado del mismo al departamento de IT. No me malinterprete, no quiero decir con ésto que dicho departamento no sea una pieza fundamental dentro de la organización.
Lo que sucede es que aún nos cuesta mucho hacer comprender a la gente en general, que hoy por hoy Internet es algo mucho más complejo que simplemente una serie de herramientas tecnológicas: Internet es un medio de comunicación, y como tal debe ser tratado.

Podríamos decir entonces que Internet es una combinación de herramientas tecnológicas puestas a nuestra disposición para comunicarnos con nuestros consumidores, nuestra audiencia, nuestro mercado meta.

Sin embargo, la clave está precisamente en esa simple palabra: comunicación. La ciencia hoy por hoy es lograr humanizar el medio. Es abrir las puertas, derribar las barreras que hasta hoy parecían impenetrables. Se trata de escuchar y aportar, tal como hemos oído siempre en los seminarios de autoayuda, en las escuelas para padres y en tantos otros lugares donde tratamos de mejorar nuestras relaciones interpersonales.

Hoy la tecnología ha puesto a nuestro alcance la posibilidad de interactuar con nuestras marcas favoritas, con grupos que comparten nuestros intereses alrededor de todo el mundo, más allá de cualquier frontera. Pero la forma escencial de comunicarnos sigue siendo la misma, puesto que seguimos siendo seres humanos: personas.

Por eso es que un proyecto web no debe ser conceptualizado en función de tecnologías, sino en función de las personas a las que el mismo irá dirigido, aprovechando las herramientas con las que contamos para tal fin.

Cuánto agradeceríamos los encargados de esta misión, si a nuestro lado pusieran también al encargado de las comunicaciones de la organización; a aquella persona que mejor que nadie conoce el "feeling" -me dijo un cliente- de la misma: el alma de la organización. Pues es con ésta con la que las personas quieren interactuar, conversar, tomarse un café...

martes, 22 de septiembre de 2009

La magia de la conversación

Vengo llegando de cenar con dos amigos... uno de ellos economista, el otro ingeniero industrial.
Como siempre pasa, y sobre todo en estas épocas, surgió la pregunta de ¿y cómo va el trabajo? ¿En tu oficina han despedido gente, han habido recortes? ¿Cómo se sienten estos meses?
Y de ahí a explorar un poco en el trabajo de cada uno, fué sólo un segundo...

Mis amigos son personas jóvenes, muy jóvenes si los comparo conmigo. Uno de 26 (el economista) y el otro de ¿unos 32 o 33? y como mi campo es Internet, empezaron las preguntas. Preguntas interesantes, les digo. Un poco de historia ( ¿a quién se le ocurrió y cuándo, poner dominios a la venta?), algo de tecnología (¿y dónde es que se guarda una página para que luego cuando yo digito su dirección, pueda verla?), y por supuesto, al segundo siguiente hablábamos de tendencias... y ahí fué cuando la rienda se me soltó... qué difícil es ser comedido cuando el tema es tu última pasión, pero además, cuando las personas con las que estás sentado son.... ¡prácticamente vírgenes!!! ¿Qué es exactamente Facebook? ¿Cómo es que funciona a ciencia cierta? ¿Se puede hacer más que jugar a las galletitas de la fortuna y a la granja???
¿Y qué hay de Twitter? ¿Es algo más que una aberración tecnológica donde la gente comenta lo más trivial de su actividad diaria, como su cepillado dental y la calidad de su última comida?
¿Cuántas redes sociales hay? ¿Para qué cosas sirven, cuál es su órden de importancia?

Y llegó la pregunta... ¿y qué pasa si yo decido no participar en ellas, pues creo que siguiendo a la gente que me interesa o buscando los temas que me interesan en Google, tengo suficiente??

¿Qué pasa? Es muy sencillo, contesté: me privo de la mejor parte de la web, de la conversación. Si hacés eso, simplemente te vas a privar de toda la interacción, de toda la retroalimentación que te puede ofrecer una buena conversación... y de todo el placer...

Claro, conversar es un arte. No se trata simplemente de articular vocales y consonantes arrítmicas.... y los dejo con la siguiente inquietud: ¿cuándo se vuelve una conversación realmente interesante? ¿Cuándo es que el tiempo pasa desapercibido, el café se vuelve elíxir, y los ojos empiezan a brillar? ¿Qué es lo que hace que la magia de la buena conversación, esos momentos únicos, sean posibles?

Me encantaría oír sus opiniones....

lunes, 21 de septiembre de 2009

De Pixeles a Palabras

Luego de haber leído vorazmente el artículo de don Leo Garnier Twitter, twit... siempre la palabra no he podido evitar una reflexión de días... Tengo tanto rato de estar metida en todo este asunto de pixeles y formatos, de colores, tipografías, movimientos, flash, HTML...

Llegué a Arweb hace más de 11 años, cuando uno se sentía orgullosísimo porque sabía usar el Word y el Excel. En mi vida había visto un correo electrónico, menos aún una página de Internet. Me sigo preguntando hasta hoy porqué me contrató mi jefe... ¿Me creerían que nos conectábamos a la red por teléfono? ¡Se caía cada dos minutos! Eran las épocas de la burbuja del .com y nosotros eramos de los primeros en incursionar en este negocio en Costa Rica: el mundo de Internet. Para entonces la comunicación en el medio era totalmente unilineal, nada diferente a un brochure.

Pero luego se nos ocurrió poner a disposición de los usuarios herramientas como la que tengo en mis manos en este momento: los blogs, los wikis, los foros, las grandes redes sociales... y el mundo se transformó. Se volvió otro, en serio, se volvió otro...

Ya no se trató más de tener la información al alcance de una búsqueda. Se trató de convertir la red en un lugar de gentes, de voces, de colores, de identidades, de opiniones, de sabores. Vimos amigos reencontrándose, familiares conociéndose talvez por primera vez (es cierto, conozco la historia), parejas consolidándose... no deja de sorprenderme que hoy por hoy la franja de edad de más rápido crecimiento en Facebook sea la de los 55 a 65 años. Y no por prejuicio, sino al revés, en contra del prejuicio. Veo a mi madre que entra en la franja con elegancia sublime reencontrarse con su gente, actualizarse, compartir viajes...

Personalmente me veo leyendo y Twittereando con don Leo a quien de otra forma no hubiera conocido jamás, probablemente....

Me veo generando comunidad, personal y profesional. Aprendiendo, capacitándome, generando opinión y conciencia. Pero sobre todo, disfrutando a la gente, a las relaciones que hoy se forman aquí en este medio que hasta hace tan poco era de ellos, de los tecnócratas.

Efectivamente don Leo, hoy es un mundo de palabras, nuestras palabras.