El medio digital es altamente posesivo,
impresionantemente celoso. Si no le das la atención que exige pasa la factura,
te deja atrás.
Quienes en algún momento hemos estado en
contacto con el mundo de la comunicación y el marketing no dejamos de
sorprendernos. Y es que tradicionalmente el método y la técnica que se han
requerido para alcanzar cierta efectividad dentro de los demás medios son mucho más estables. Se
pueden establecer patrones, prever al consumidor, sus gustos, anticiparse. Es más, en estos casos es el mismo comunicador
el que dicta la moda, la tendencia.
En cambio en el medio digital las cosas cambian
en un solo momento. Los canales varían sus políticas, sus algoritmos. De
repente aparecen otros que hay que investigar y en muchos casos aprovecharse de
la viralidad que generan… por algunos
días. El usuario cambia sus hábitos de
consumo o éstos son variados adrede por los mismos canales. Las tendencias
duran horas, días en el mejor de los
casos. El material con el que nos educábamos el año pasado hoy es obsoleto.
Y en consecuencia hay que variar inmediatamente
las tácticas previstas para el cumplimiento de una estrategia. Es más, es
importante hacer revisiones periódicas de los objetivos y las audiencias con
las que nos vamos a comunicar, precisamente por la naturaleza de un medio tan
cambiante.
¿Cuál es la naturaleza de este medio? La
horizontalidad de la comunicación, diferenciador principal por sobre todos los
demás. La tan trillada “conversación” que no es más que un usuario empoderado.
Un consumidor de contenido más que de marca que está en la capacidad y
disposición de decirnos nuestras cuatro verdades.
Quienes vivimos bajo este ritmo estamos
acostumbrados a la vertiginosidad. Conocemos a nuestra caprichosa pareja y
sabemos que si no damos la talla estamos expuestos a una cara factura. Porque
defraudar a esta criatura puede significar una herida muy difícil de sanar en
una marca, en un cliente, en nuestra propia reputación. Un precio que no
estamos dispuestos a pagar, no queremos perder al amor de nuestras vidas!